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La lluvia y el agua de tu pileta

El agua de lluvia puede afectar significativamente la calidad del agua de una piscina. Aquí te explico cómo y en qué aspectos influye:

1. Dilución del cloro y otros químicos

El agua de lluvia puede diluir el cloro y otros productos químicos usados para mantener el agua de la piscina limpia y desinfectada. Esto provoca una disminución de los niveles de cloro, lo que aumenta el riesgo de crecimiento de bacterias, algas y otros microorganismos indeseados.

2. Cambio en el pH

El agua de lluvia suele ser ácida, lo que puede afectar el equilibrio del pH en la piscina. Un pH bajo o alto puede causar irritación en la piel y los ojos de los bañistas, y también reducir la eficacia del cloro. Es importante medir el pH del agua tras una lluvia y ajustarlo si es necesario.

3. Contaminación con partículas y residuos

La lluvia arrastra polvo, hojas, tierra y otras partículas hacia la piscina, lo que aumenta la carga de materia orgánica y otros residuos. Esto no solo afecta la claridad del agua, sino que también puede fomentar el crecimiento de algas y bacterias. Además, la acumulación de residuos orgánicos aumenta la demanda de cloro para mantener el agua desinfectada.

4. Aumento de los niveles de alcalinidad

Dependiendo de la ubicación y la calidad del aire, el agua de lluvia puede tener contaminantes que afectan los niveles de alcalinidad en la piscina. Si la alcalinidad es demasiado alta o baja, puede generar corrosión en el equipo de la piscina y hacer que el agua se vuelva turbia.

5. Fluctuaciones en el nivel de agua

Un aumento significativo en el nivel del agua de la piscina debido a la lluvia puede alterar la concentración de los productos químicos, lo que obliga a ajustar la dosificación de cloro y otros productos de mantenimiento.

¿Qué hacer después de la lluvia?

  • Revisar los niveles de cloro y pH: Es esencial hacer una prueba de agua y ajustar los productos químicos para restaurar el equilibrio.
  • Limpiar la piscina: Retirar residuos como hojas y tierra usando una red y, si es necesario, aplicar clarificadores o alguicidas.
  • Controlar la alcalinidad y dureza del agua: Ajusta según sea necesario para mantener el agua en óptimas condiciones.

En resumen, el agua de lluvia puede alterar la química del agua de la piscina y la limpieza general, por lo que es fundamental revisarla después de cada tormenta para asegurar una piscina segura y limpia.